Demasiado tarde, siempre,
porque aunque hiciéramos tantas veces el amor
la felicidad tenía que ser otra cosa,
algo quizás más triste que esta paz y este placer,
un aire como de unicornio o isla,
una caída interminable en la inmovilidad.
porque aunque hiciéramos tantas veces el amor
la felicidad tenía que ser otra cosa,
algo quizás más triste que esta paz y este placer,
un aire como de unicornio o isla,
una caída interminable en la inmovilidad.
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