No jugaré tu juego. No serás otra vez mi títere. Porque el show ya termino, nos cansamos las dos. Pero nada de lo que te di fue en vano para ti, cambiaste mucho, y no sos la que yo conocí.

Y aunque me declaro culpable de todos tus trastornos, nunca supiste valorar lo que eras. Y por algo será. No aprenderás a quererte jamás, por más de que lo intentes, te va a costar cada vez más.

Te digo la verdad, si te miras al espejo seguro vas a llorar; una, dos, o tres veces te vas a querer matar; pero la cobardía no te va a dejar.

La luna no te va a escuchar, dejá de rezarle a un ideal que ni siquiera te va a mirar. No sos nadie para hablar, porque tu juego nunca fue real. No es un estilo de vida lo que intentás “manejar”, es sólo un problema más, pero de esos que vos sola te creás.