Por favor decide si te vas.

Nunca quise dejarte, pero es la decisión que debí tomar hace mucho tiempo. Soporté tus caprichos, tus tristezas, te ayudé en todo lo que te propusiste, te apoyé en todo lo que tenías ganas de hacer.
Y hoy? Qué me queda de vos ¿? Ni siquiera fuiste capaz de preguntarme si yo estaba conforme con todo esto. Me insultaste. Nunca nuestra relación fue dependiente. Ya van como mil veces que traté de decirte que no te quiero hablar más, que no te quiero ver más. Pero así soy, cobarde, indecisa, insegura. Siempre quise que estés bien, pero se ve muy claro que vos nunca me quisiste. Me preocupa que no encuentres tanto amor como lo tenías conmigo. El tiempo pasó y lo que fue no va a volver. Lamento decírtelo. Estaba triste, desolada, te olvidaste de mí, y aunque me pidas un millón de veces perdón, no lo haría, o por lo menos nunca te volvería a querer como antes, y tal vez digas que apuré las cosas... puede ser.

Quizás me aproveché muchas veces de vos, quizás por ahí no te dí mucha importancia, o te odié por momentos, estás segura que de eso me declaro culpable.

Pero me cansé. Me cansé que te olvides de mí, que vuelvas a mi lado cuando ya no consigas compañía, que vengas con reproches estúpidos de pendeja dominada.

Me cansaste!

Y me destruíste también.