Tenía miedo a enfrentar al futuro, creía que mi vida se acabaría sin cambios, sin logros, estaba aterrada y ni sabía lo que estaba bien, nada mas sabía mis males, eso si lo tenía bien claro.
Mis trastornos alimenticios me habían consumido, me agotaron, me destruyeron.
Creí que podía sola, creí que no necesitaba ayuda, pero no hacía nada más que mentirme a mi misma, y soñar en mi propia historia.
Estaba cansada de la gente falsa, de la gente que simulaba preocuparse y lo que hacía era hablar mal. Por eso desconfiaba de todas las personas que me rodeaban, y no me dí la oportunidad de conocer a nadie.
Esta historia, mi vida en si, se iba a terminar, en realidad yo quería que se termine rápidamente, pero no, no resulto y mis días continuaron.

Alguna que otra vez recuerdo por todo lo que pase y a veces lloro por todas las caídas que tuve, y por todas las veces que me sentí desgastada.
Quizás también lloré por perder a tanta gente importante para mi, me sientí mal por no ser feliz o por no sentirte bien conmigo misma.
Mi corazón se quebró, mis manos me temblaban las pocas veces que estaba despierta, sentí que el mundo estaba en contra mío, nada tenía fin con mis trastornos, discutí mucho con una persona que realmente amaba, no tuve fuerzas ni para enfrentar la realidad, quise escapar y no pude, me ganaron las caídas, pude levantarme y hasta me reí de lo que me pasaba, pero llegó el momento en que me dí cuenta de que todo lo que estoy viviendo no es un juego, me odié mas que nunca, yo estaba sola, nadie me entendía, miles de veces necesité abrazos pero no había nadie a mi lado, pero llegaste vos Juli, cuando todo pasó vos estabas ahí conmigo, no querías verme caer , me hiciste vencer la enfermedad, yo era mas fuerte que todo esto.
Pero te borraste de mi vida y volví a caer, desapareciste asi como viniste, de la nada.

Ahora es cuando la historia se repite. Pero esta vez no me quiero levantar.